En el mundo actual las personas viven afanadas tratando de solventar o cubrir sus necesidades básicas, deseos materiales y sueños, y que el soñar no es malo pero la rutina y la incapacidad de conseguirlos los convierte en fantasías o vanalidades; se vive en completa frustración atrapados en esa rutina diaria y no se consigue salir. Esto sucede porque en el mundo las cosas se han tergiversado y hay una gran pérdida de valores y principios que están degradando enormemente a la humanidad, conocimiento que alimentaba el espíritu del hombre y que mucho de este ha quedado en el olvido, si el hombre no cubre su desarrollo espiritual que es la base para todo desarrollo humano, jamás podrá desarrollarse en plenitud; nuestros problemas o circunstancias en las que hoy vivimos (familiar, laboral, económica, social y cultural) es sólo un reflejo de lo que somos realmente y de lo que conocemos, nuestro cuerpo es un reflejo de nuestra alma (pensamientos y emociones), y nuestra alma es un reflejo de nuestro espíritu que es la base de todo ser humano, el equilibrio en las tres áreas: espíritu, alma y cuerpo es lo que lleva a desarrollar todo el potencial humano del que somos capaces y el cuál no tiene límites, y los limites hoy día están determinados más que nada por falta de conocimiento, es decir por ignorancia; el alma se encuentra entre el espíritu y el cuerpo, renovarla esta en nuestra responsabilidad, renovando el entendimiento de las cosas con el conocimiento correcto con verdades universales permiten a las personas el “poder hacer” para “poder ser” y “VIVIR en plenitud” para poder dar a otros lo que se a logrado.
En la UDV hemos implementado nuestra curricula para la renovación del alma con el conocimiento correcto llevando nuestras carreras a un condición práctica, porqué esto es lo que hace SER a las personas, no basta el sólo saber, sino el HACER con lo que se sabe, para que nuestros alumnos logren ser las personas que deben ser y generar una vida prospera y plena en todas las áreas.
Pongamos a nuestras virtudes humanas el conocimiento correcto para el buen SABER y practicarlo para el bien SER!.
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“A LA VIRTUD CONOCIMIENTO”