Creemos que llorar es un signo de debilidad o que contar nuestros problemas nos hace ver como dramáticos, y preferimos mantener una actitud neutra donde no hay quejas, no decimos lo que sentimos, no lloramos. Pero debemos tener cuidado, porque toda emoción contenida termina siendo una bomba de tiempo.
Cuando no nos desahogamos, nos enfermamos, es así de simple. Nuestra salud tanto física como mental- sufre las repercusiones de la contención emocional, lo que se manifiesta a través de depresiones, ataques de pánico, úlceras, enfermedades cardiovasculares y un sinfín de patologías más. Las emociones son energía y, por lo tanto, deben ser liberadas, sobre todo cuando son negativas, pues esa negatividad se acumula en nuestro cuerpo y nos hace daño.
Reprimir, contener, guardar nunca será la mejor opción. Al contrario, reconocer que se está mal, triste, dolido y frustrado tienen enormes ventajas:
Liberamos emociones negativas: El no desahogarnos y el no hablar las cosas a su tiempo hace que tarde o temprano terminemos explotando y eso solo causará daño.
Somos más trasparentes: En un mundo donde todo y todos pareciera que tiene que ser perfecto, la transparencia es valorada. Decir lo que sentimos, lo que no nos parece, en lo que no estamos de acuerdo, claro, siempre con respeto, nos permite descansar, y sentir alivio.
Somos más empáticos: Nos ayuda a identificar los malestares emocionales de los demás, a no juzgarlos si están enojados, tristes, aislados, de mal humor. Por el contrario, hacemos que hablen que empiecen a desahogar todo lo que traen.
Nos hace más amorosos y combatimos la amargura: Tomar la decisión de desahogarnos, de no cerrarnos y amargarnos nos hace más receptivos a recibir amor, un abrazo, unas palabras de consuelo, un consejo, un beso siempre, nos hará bien. Nos fortalece, nos llena de energía, nos hace sentir que no estamos solos.
Nos volvemos honestos, sinceros: ¿Por qué fingir que todo está bien? ¿Qué ganamos? Absolutamente, nada, sólo dañarnos.
Nos hace más sanos y saludables: Cuidamos nuestra salud física y mental al desahogarnos, impedimos que nuestro cuerpo se contamine de negatividad y que nos enfermemos. Nuestra mente y cuerpo se mantienen sanos, pues echamos afuera todo lo malo.
¿Con quién hablar? Puede ser un familiar, un amigo, nuestra pareja, con la persona que sintamos la confianza de abrirnos y desahogarnos. Incluso eso ayudará a mejorar tus relaciones interpersonales. También acudir a un Asesor de Vida es una excelente opción, porque además es un profesional que sabrá cómo mejorar nuestro bienestar emocional, nos podrá ayudar a ordenar nuestras emociones y entenderlas.
Somos Paulino y Ana Ruisanchez directores de Universidad de Vida, te mandamos un saludo afectuoso y te invitamos a lo siguiente:
Reflexionar sobre el tema
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Aplicar las recomendaciones
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Estamos para servirte, recuerda que siempre puedes profundizar más, pues la preparación continua y el esfuerzo son parte de las características de HOMBRES Y MUJER TRIUNFADORES. No estás sol@ en este camino de formación hacía el triunfo, tenemos a tu disposición las herramientas necesarias para que logres transformarte, renovarte y obtengas excelentes resultados.