Los objetivos y las metas, al igual que los propósitos de Año Nuevo, deben seguir una estructura y un orden que, en conjunto, harán que podamos alcanzarlos.
El amor es SUFRIDO, benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, no se goza de la verdad.
El valor de la prudencia es fundamental ya que es la capacidad de ser consciente y reflexionar sobre las vivencias y consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos para tomar buenas decisiones